Mundo Opuesto

Tras el ingreso de Dan al Joven Pastoreo se fue preparando físicamente para las misiones y encomiendas dadas por los Eruditos del Templo del Corazón Sagrado, su encomienda fue encontrar un estilo de combate personal para poder así empezar como guerrero, escogió probar con el Sable ancho, más no le favorecía para nada, su corpulencia no calificaba lo necesario, más su actitud era siempre en intentarlo hasta que no se pueda más...

-¡Ja! -Se burló un hombre robusto- ¿Me mandan semejante broma? ¿Yo, el mejor maestro del sable ancho teniendo de discípulo a este enclenque que ni siquiera puede levantar el sable de entrenamiento? Dan, ¿Cómo quieres manejar un verdadero sable si no puedes ni con éste que pesa la mitad de uno real?
-¿¡Que!? -exclamó sorprendido el delgado chico- ¿¡Este pesa menos que un sable de verdad!?
-¡Jajaja! -tras reír cruelmente le dijo firmemente- ¡Chico, este no es tu habilidad, abandona y rindete!

Siguió intentando, durante toda la tarde, el sol brillaba y el calor se intensificó pasando del tercer cuarto del día, levantar aquel sable del campo de entrenamiento parecía el reto imposible para aquellos brazos delgados y frágiles, pues su fuerza no era la suficiente, y menos cuando al ver a los otros Novatos -que le duplicaban en masa corporal- llegaban y tomaban su sable para practicar aquella danza de entrenamiento, durante horas llegaban y se iban y siguiendo aquel patrón de movimientos que tanto anhelaba aprender...

-Si no puedo con el Sable.... -pensó Dan- Probaré con espadas Ligeras, tal vez ahí encuentre mi estilo....